INTERÉS DE LA OPERACIÓN DE CRISTALIZACIÓN

La CRISTALIZACIÓN es una operación unitaria de separación o purificación mediante la cual se separa un componente de la fase fluida homogénea (disolución/vapor/fusión) en la que está presente, transfiriéndolo a una fase sólida en forma de cristales que precipitan.

Su interés industrial radica en que es una operación necesaria para todo compuesto químico que se presenta comercialmente en forma de polvo o cristales, dado que:

1. Un cristal formado a partir de una disolución impura es esencialmente puro.

2. Proporciona un método práctico para la obtención de sustancias químicas puras en condiciones adecuadas para su envasado, transporte y almacenamiento.

La mayoría de aplicaciones industriales aplican la cristalización a partir de disoluciones, aunque también se pueden obtener cristales a partir de un vapor (caso de la nieve) o de una fusión (caso de los minerales a partir de roca fundida). Cuando la fase fluida de partida es una disolución la operación se conoce generalmente como cristalización a partir de la (di)solución.

Existen evidencias de que la cristalización a partir de la solución es una de las Operaciones Unitarias más antiguas, datada entre el año 2500 y 3000 a.C. Evidentemente, en ese tiempo la operación de cristalización distaba mucho de llevarse a cabo en condiciones controladas en un tanque, evaporador o cristalizador continuo, pero el ser humano era capaz de aprovechar las grietas de las rocas o determinadas superficies para obtener sal, o para obtener sacarosa o pigmentos empleando salmueras naturales. De hecho, todavía existen gran cantidad de salares alrededor del mundo que emplean la evaporación solar para obtener cristales de cloruro sódico. Un ejemplo, es el salar de Uyuni (Bolivia), que aparece a continuación, y que tiene una extensión de más de 12.000 km².